“Tradicionalmente la animación misionera se concretaba en la valoración y sensibilidad afectiva con los misioneros, en la oración por ellos y sus proyectos, en la recogida de dinero, en la promoción de las vocaciones… Estos objetivos y manifestaciones conservan todo su valor e importancia, pero la evolución de la circunstancias ha introducido otros acentos y medios.
Se ha ido recurriendo cada
vez más a las nuevas tecnologías y a los medios de comunicación social. De este
modo se conecta más fácilmente con la mentalidad de las nuevas generaciones y
ayuda a situarse en un mundo globalizado.”
Este texto extraído
del libro: “La animación misioneros hoy“. Ed. Mundo Negro. 2016, se adelantaba
a la situación que nos ha impuesto la pandemia, respecto de la formación
misionera y de cómo nos ha “obligado” a hacer uso de las nuevas tecnologías
para seguir fundamentando nuestra vocación misionera mediante la formación. Esto
quiere decir que las nuevas tecnologías constituyen un reto ineludible que se
nos impone, más allá de la situación actual. Pero, al mismo tiempo que es un
reto, nos ofrece un sinfín de posibilidades, entre ellas la poder hacer
formación de calidad sin necesidad de desplazarnos. Eso sí, somos conscientes
que, en clave de fe y antropológica, las relaciones interpersonales son
insustituibles.