Hoy nos ha visitado el misionero navarro Carlos Azcona Goñi, recién llegado, hace unos días, de Aguarico, Ecuador.
Lo primero es un abrazo, lo segundo un café (que apetece a pesar del calor), y luego compartir vida y fe.
Carlos
nos cuenta su misión en la selva y con una sonrisa nos va relatando lo
agridulce de su enorme tarea. El principal problema que tienen es la
desforestación de la zona y la contaminación, por culpa del petróleo, tanto de
los terrenos como de los ríos y el agua potable, con lo que eso significa para
el medio ambiente y sobre todo para las comunidades indígenas.
Nos
narra con tristeza que, como suele ocurrir en territorios con grandes recursos
naturales, la corrupción tapa todo tipo de responsabilidades y genera estructuras
sociales que favorecen el enriquecimiento de los que más tienen y el
empobrecimiento de los que apenas tienen nada.
Por ello,
a pesar de su labor de evangelización, el compromiso social es grande:
recuperación de la flora en los márgenes de los ríos, acceso a agua potable,
concienciación y formación sobre derechos humanos para reclamar lo que les
pertenece y denunciar los abusos, etc
El
principal proyecto que tienen ahora entre manos es la creación de un vivero con
el que ayudar a 35 familias, para que puedan trabajar una parcela de tierra
cada una, además conseguir agua potable en doce comunidades de la zona, y la
plantación de 30.000 árboles.
Además
del compromiso de las comunidades para plantar los árboles y cuidar la tierra,
quieren crear conciencia de todo esto en los colegios y hacerles partícipes también
de este trabajo común.
Como
ya hemos dicho, quieren fomentar también la formación en derechos humanos y
para ello esperan poder impartir dentro de no mucho talleres de formación. Todo
un reto con el colaboraremos desde la Delegación de Misiones.