Uno
de los compromisos que adquirió la diócesis de Pamplona y Tudela, durante la
celebración del Mes Misionero Extraordinario, fue que la celebración mensual de
la oración de los jóvenes con el obispo sería misionera en octubre. Por ellos
el pasado viernes, 2 de octubre, se celebró en la Capilla de San Lorenzo de
Pamplona, esta oración misionera organizada por la Delegación de Misiones y OMP
(Obras Misionales Pontificias), con el lema: aquí estoy, envíame.
Durante
la celebración, D. Oscar Azcona, Delegado de Misiones de la diócesis, hizo
presentes a todos los misioneros que a lo largo de la historia han llevado el Evangelio
a los confines de la Tierra. El Señor –dijo a los jóvenes- “quiere recordarte
en esta noche que tú eres enviado a evangelizar, eres misionero o misionera
aquí, o en donde aún el Evangelio no es del todo conocido. Quizás esa es tu
vocación, ¡la misión!”
En otro
momento de la oración D. Francisco Pérez, animó a los jóvenes a responder con
valentía: “aquí estoy, envíame”. Porque
durante este mes estamos invitados a dar un paso adelante en nuestra entrega de
fe, de caridad y de vivencia de los valores del Evangelio, siendo testigos y
anunciando lo que realmente es importante y compromete nuestras vidas.
La
hermana mexicana Guadalupe Hilerio, ofreció su testimonio de vocación misionera
con un entusiasmo que no dejó indiferente a nadie.
Los
cantos, a cargo del coro de Estella, contribuyeron a que viviéramos una velada
joven con sabor a Dios.
No
pudo faltar, tampoco, el rezo de un misterio del rosario, en un mes que nos
anima a vivir esta oración.
Como
no podía ser de otra manera, el verdadero protagonista fue Jesús Sacramentado,
que desde la custodia se hacía silencio en nuestros silencios, para que así
podamos ser palabra viva en nuestra vida cotidiana.
Al
terminar la oración, D. Francisco Pérez animó a los asistentes a firmar una
carta para el Papa Francisco, con la que la diócesis quiere expresar al Santo
Padre que cuenta con el afecto, la oración y el compromiso de los jóvenes
navarros. Todo un signo de eclesialidad y familia.