OMPRESS-MADRID (20-10-14)
Las congregaciones volcadas en la
misión, es decir, aquellas cuya principal actividad se desarrolla en países de
misión han hecho público un comunicado con motivo del DOMUND, que se celebraba
ayer, llamando la atención sobre el azote de la enfermedad del ébola y todas
sus consecuencias, tanto aquí como en países de misión, donde los misioneros
entregan su vida por salvar la de otros.
“Los abajo firmantes, responsables de institutos específicamente
misioneros, con motivo del Día del DOMUND 2014, queremos reafirmar que Renace
la Alegría y decir también una palabra de esperanza.
Es obvio para todos que este año en España el DOMUND ha recibido
sobre sí una sombra de tristeza y de dolor: la muerte –a causa del ébola- de
los misioneros de S. Juan de Dios Miguel Pajares y Manuel García, y la
contaminación de la auxiliar de enfermería Teresa Romero con la misma
enfermedad, ha golpeado a la sociedad española y a las comunidades cristianas
de nuestro país.
Sea nuestra primera palabra de reconocimiento y gratitud por el
testimonio de los dos misioneros muertos y por los muchos más que han decidido
quedarse al lado de todos los enfermos de ébola en África. Así mismo, por el
ejemplo de entrega y servicio de Teresa, que se ofreció voluntaria para atender
a los dos primeros. Queremos solidarizarnos especialmente con ella, ahora que
se nos dice que ‘ha bajado la carga viral y sus órganos mejoran’. Esperamos su
total recuperación y rezamos por ello.
Y nos solidarizamos con todos los trabajadores de salud que han
puesto y siguen poniendo su profesión, sus conocimientos y su dedicación a una
causa tan noble como es frenar el azote de esa enfermedad aquí y, sobre todo,
en los países más afectados. Vaya nuestro reconocimiento a todos -creyentes y
no creyentes- los que entregan su tiempo y sus vidas en defensa de la de los
demás y buscando otro mundo posible: más justo, equitativo y solidario.
En el mismo sentido reconocemos y agradecemos las voces que en la
sociedad española han llamado la atención sobre los graves problemas que
aquejan a muchos países que –a causa del empobrecimiento y sus consecuencias-
se ven condenados a ver morir a muchos de sus hijos ‘antes de tiempo’. Esa
sensibilidad nos honra a todos, como personas y como creyentes (quienes lo seamos).
Denunciamos, eso sí, que un importante sector oficial y de la
prensa hayan centrado sus críticas en la ‘posible irresponsabilidad de Teresa’
en el contagio. También es indigno que no se reconozca y valore, por encima de
todo, su actitud de servicio, su entrega y su sacrificio en un trabajo
arriesgado.
Así mismo, lamentamos que otro sector de la población (incluso
autoridades) haya dado reiteradas muestras de egoísmo, individualismo y
cerrazón, con una exagerada preocupación sólo por ‘nuestros’ problemas – por
nuestra seguridad - y olvidándose totalmente de los países que más sufren el
ébola y, por supuesto, otras enfermedades y lacras que causan diariamente
muchos miles de muertes. Muy acertadamente alguien ha dicho que esas personas
se preocupan ‘más que de salvar a los pobres, de salvarse de los pobres’,
levantando todo tipo de muros y barreras que nos aíslen y los aíslen. En un
mundo globalizado eso ya no es posible: ¡o nos salvamos todos o juntos
pereceremos!
Por eso exigimos a nuestras autoridades y líderes políticos que
cumplamos, como es de justicia, los acuerdos firmados y los compromisos
pactados de colaboración al desarrollo (estamos muy lejos de hacerlo) y que,
incluso, los superemos generosamente. Todos nos beneficiaremos a mediano y
largo plazo.
Pedimos una ayuda más efectiva a los países que están ahora siendo
más duramente golpeados por el ébola y que las promesas de solidaridad de los
políticos no se queden en palabras vacías y oportunistas… El continente
africano lleva decenios siendo saqueado, es hora de establecer otras relaciones
comerciales justas y respetuosas. Constatamos con dolor la rapidez con que se
constituyen coaliciones para hacer la guerra y la lentitud para la acción por
la justicia y la paz.
Como consecuencia de todo lo anterior, nosotros, acostumbrados a
ser acogidos y recibidos por hermanos de otros pueblos, razas y culturas,
reclamamos a autoridades y resto de la sociedad española que tratemos con toda
la dignidad que se merecen a los emigrantes que han dejado su patria y su
familia –sólo Dios sabe con cuánto sufrimiento detrás- buscando una vida un
poco mejor.
Madrid, 19 de octubre, día del DOMUND 2014.
Firmantes: Misioneras de Nuestra Señora de África; Misioneras de
la Consolata; Misioneras Combonianas; Misioneras Dominicas del Rosario;
Misioneros OCASHA – Cristianos con el Sur; Misioneros Espirítanos; Misioneros
de la Consolata; Misioneros del IEME; Misioneros Combonianos; Misioneros de
África (Padres Blancos); Misioneros Javerianos; y Misioneros de Mariannhill.