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Adiós a Ayuda al Tercer Mundo Medicamentos



Hoy tenemos que comunicaros una noticia agridulce para nosotros, para los misioneros y la Diócesis de Pamplona y Tudela.

Después de 50 años de servicio a la Diócesis, y sobre todo a los misioneros navarros, la ONGD AYUDA AL TERCER MUNCO MEDICAMENTOS (ATMM) se despide con la tarea bien cumplida: haber puesto alma y corazón en cada envío de medicamentos, tanto a dispensarios misioneros como a los propios misioneros.

Nos entristece perder este servicio impagable, sobre todo pensando en nuestros misioneros mayores en territorios de misión, y al mismo tiempo agradecemos desde la fe, y el cariño forjado por los años, la gran labor y el servicio desinteresado de esta ONGD al servicio de nuestra Iglesia en Navarra.

La Red de Marta y María, movimiento misionero diocesano que aglutina la labor misionera de los voluntarios que apoyan a los misioneros navarros desde diferentes iniciativas, como roperos y mercadillos, pierde a un grupo de “hermanos” que transmitían siempre ilusión, fe y esperanza en cada encuentro.

¡Gracias!

Gracias a cada uno de los que integráis el grupo de Ayuda al Tercer Mundo Medicamentos por el servicio prestado. Hemos estado tentados de decir: de los que integrabais… pero sabemos que en cada uno de vosotros vuestro corazón mantendrá abierto este don que habéis sido para la Iglesia en Navarra. Si somos sinceros nosotros nos unimos a esa necesidad de manteros abiertos, aunque solo sea en nuestro corazón también.

Gracias en nombre de cada misionero y misionera, para los que habéis sido más que cooperantes, mucho más, habéis sido amigos que mostraban preocupación real por sus necesidades y habéis actuado casi siempre más allá de lo que se esperaba.

Gracias en nombre del equipo de Misiones Navarra por el servicio misionero y la amistad compartida desde la fe y el cariño mutuo.

Gracias, incluso, por todo lo que queda pendiente, por dejarnos “con sabor a poco”, por ese cosquilleo en el estomago cuando sabes que la despedida, la mayoría de las veces, es una preparación para el reencuentro. Y si no es así, que más da…. Como se dice en castellano viejo: ¡Que nos quiten lo bailao! Que ha sido mucho y muy bueno lo compartido y vivido. Que ha sido mucho y muy bueno el servicio y la entrega…

Por nuestra parte no esperéis un “adiós” sino un “hasta siempre”.

Nota: Seguro que algunos de los misioneros que ayudasteis y que ahora están en el cielo estarán pensando: se llega hasta donde se llega amigos. Y para los que aún están dándolo todo, con las manos desbordadas de humanidad y con los achaques propios de la edad, les pedimos paciencia, que se guarden ese abrazo contenido por la distancia. Sabed que se cierra el dispensario, que no el cariño y la amistad.