El sábado pasado 20.400 peregrinos participaron en la segunda
Javierada que se caracterizó por el buen tiempo. San Francisco Javier, Patrono
de las Misiones y de Navarra, fue una año más testigo de la atracción que tiene
Javier para hombres y mujeres de fe y de buena voluntad.
La plaza del Castillo estaba “hasta la bandera” de familias con
niños, personas mayores, jóvenes y grupos de todos los rincones de la geografía
española.
Como en la Javierada anterior, el símbolo que acompañó a la cruz
procesional: una barca hinchable y una cruz hecha de retazos de madera, provocó el
silencio de los participantes pues traía de inmediato a la memoria el
sufrimiento y la muerte de tanto migrante que sólo busca vivir… sobrevivir con
dignidad. En el altar, sobre este símbolo, toda una declaración de intenciones
de la Iglesia en Navarra: “Caminando juntos con los Migrantes y Refugiados”.
Durante la homilía, D. Juan Antonio Aznárez, Obispo Auxiliar de
Pamplona y Tudela, animó a todos a “confiar en Dios, que espera grandes cosas
de cada uno de nosotros”. ¡Qué bueno sería que sus palabras, desde el
evangelio, suscitara alguna vocación misionera!.
Cientos de peregrinos hacían cola para celebrar el sacramento de
la reconciliación, recordándonos a todos que estamos en tiempo de Cuaresma y,
por tanto, en tiempo de gracia, de perdón y misericordia.
Desde la Delegación de misiones agradecemos el trabajo impagable
de todos aquellos que forman parte del voluntariado, Órdenes Religiosas,
parroquias, fuerzas de seguridad y de sanidad, Ayuntamientos - en especial al Ayuntamiento de
Javier -, al Gobierno de Navarra y a las entidades colaboradoras con la
Javieradas, y de manera significativa a la Comunidad de Jesuitas de Javier.
¡La misión, tarea de todos!