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Testimonio de Fernando Murgui

Testimonio de Fernando Murgui, Presidente de Ayuda al Tercer Mundo Medicamentos.
Desde siempre me ha interesado y he vivido el tema de la solidaridad. Primero en los años que estuve en América con una ONG y luego como profesor en Navarra, intentando contagiar esa preocupación en el Instituto, hasta poner como signo distintivo del Centro la SOLIDARIDAD.
Pero con la Jubilación vino el cambio de trabajo y no me resignaba a dedicarme a pasear y a preocuparme sólo de mí. Entonces estuve unos meses viendo en qué ocupar mi tiempo libre. Contacté con varios grupos y por fin me encontré con una ONGD llamada “AYUDA AL TERCER MUNDO MEDICAMENTOS
Una bajera en San Jorge sin mucha propaganda acoge esta organización cuya finalidad es preparar y enviar medicamentos a distintos dispensarios del Tercer Mundo. Allí están Raquel. Marina y Armando con D. Jaime Lacasa Orueta, fundador y mentor del grupo desde 1969.
También participan unos 30 voluntarios cuya actividad principal es la de clasificar y envasar el medicamento. Trabajan en turnos de mañana o tarde y operan en dos procesos de clasificación: domiciliario, procedente de  Farmacias, Particulares, Ongs y Grupos de Cáritas, y el medicamento genérico procedente de laboratorios.
Contamos con aproximadamente 288 personas que componen equipos de recogida y colaboran con ATMM desde hace años, además de unas 300 farmacias en Navarra que canalizan el medicamento domiciliario no utilizado   y que lo donan a ATMM. Lo recibimos a través de 3 ó 4  Centros de Distribución farmacéutica.
El origen de esta ONG fue una carta de una misionera de Ruanda escrita a su hermano en 1.969, En dicha carta ella  indicaba que la mitad del medicamento que recibía para su maternidad no tenía utilidad por llegar caducado. Al final aprovechaba un 40% de lo recibido.
Esta carta fue comentada en una reunión de amigos, en la que participaban médicos, farmacéuticos e ingenieros.  Se llegó a la conclusión de que aquel problema se podría llegar a solventar con una buena organización.
Con esta idea y el apoyo incondicional de Obras Misionales Pontificias de Pamplona, Misión Diocesana, Cáritas Pamplona y el Arzobispado de Pamplona y Tudela, se hizo realidad 6 meses más tarde (Julio 1969) la  entrega de la primera donación de medicamentos que se envió a Gujerat, INDIA.
Se marcaron como bases de actuación las siguientes directrices:
- Exigir que las necesidades de medicamento las fije el sanitario local que dirige el dispensario, indicando el grupo terapéutico y las cantidades necesarias.
- Enviar solamente el medicamento que nos demanden y nunca el sobrante, ya que es preferible destruirlo aquí según la normativa vigente, evitando además los gastos en portes.
- Como existen grupos terapéuticos que aquí apenas se utilizan en comparación con las necesidades del Tercer Mundo, como por ejemplo los relacionados con la tuberculosis, el paludismo,  vitaminas, etc..., y que no  recibimos o nos llegan en cantidades insuficientes, si se dispone de recursos, se procede a su compra y se dona
. Se trabaja al mínimo coste posible
De esta manera se trabaja anualmente con una media de 70/80 ONGDs  y Comunidades Religiosas que nos solicitan medicamento y que  atienden a unos 140/150 dispensarios locales en África, América Latina y Asia.
En los últimos 5 años, la media anual de envíos de medicamento ha sido de unos 8.000 Kilos, para unos 115 dispensarios: 55 de África, 57 de Centro y Sur América, y 3 de Asia
Yo no entiendo mucho de medicamentos, pero me llamó la atención la labor solidaria y tan importante que realizan, ya que sin medicamentos, ¿para qué sirve construir un dispensario? ¿Cómo se curan los pobres que no pueden comprarlos? Así que me decidí a colaborar un par de días a la semana.
Ahí fui viendo y disfrutando de la compañía de los voluntarios que colaboran día a día, la alegría de su entrega, y sobre todo el testimonio de los misioneros y voluntarios que vienen a solicitar medicamentos para los dispensarios, su alegría y agradecimiento.
En Enero de 2014 falleció D. Jaime Lacasa, y me encomendaron la responsabilidad de la coordinación como presidente del Consejo de Administración.
Aquí he descubierto una nueva faceta del voluntariado: antes se buscaba a los jóvenes, pero cada vez más están surgiendo grupos solidarios de jubilados que ofrecen su tiempo, sus conocimientos, su experiencia y su cariño para ayudar, acompañar y solucionar situaciones complicadas de nuestro tiempo (Banco de alimentos, Roperos solidarios, Cursos de informática, Residencias de mayores…)

Animo a todos a que tengamos alguna tarea solidaria, que por otra parte es una ventaja para nosotros y la mejor medicina, ya que en la medida en que nos acercamos a compartir el dolor ajeno, se nos hace más llevadero y desaparece el nuestro.