Celestino Aós, capuchino, natural de Artaiz –
Navarra, que está de visita en Pamplona, nos sorprende estos días con la
noticia de su nombramiento: Obispo de Copiapó en Chile.
Nos alegramos por este misionero navarro que lleva
31 de sus 69 años en Chile, donde ejerció de profesor, ha sido vicario
parroquial y episcopal, párroco y promotor de justicia del Tribunal Eclesiástico.
Pese a esta trayectoria, reconoce que el nuevo
cometido le ha llegado “de sorpresa” y también el destino, porque en sus tres
décadas en el país andino sólo una vez visitó Copiapó. El nombramiento le ha
pillado en Pamplona, donde llegó de visita para celebrar es agosto sus bodas de
oro como capuchino.
Celestino Aós: “Es mucha responsabilidad. Nunca esperé
ni imaginé que me designaran a mí. Uno sale de casa pensando que va a un sitio
y llega a otro. Sentí como miedo cuando me lo comunicaron. Ser obispo, entando las
cosas como están, no es lo más apetecible. Es precisamente ahí donde se ve la
fragilidad de uno, cuando me planteo si seré capaz de hacerlo bien. Pero bueno,
la Iglesia no es mía, así que trataré de servir lo mejor que pueda y meterme en
la vida de la gente, en su alegría, en su desesperanza… es un desafío, sí.”