Hoy nos ha visitado el misionero navarro, Javier
Serna, sacerdote diocesano que lleva 32 años en Punto Fijo, Venezuela. De
sonrisa fácil, mirada cómplice y silencio elocuente, este pamplonés nos cuenta
con entusiasmo que la Palabra de Dios sigue siendo respuesta, sentido y
esperanza allá por donde va. Palabra que libera y ayuda a sembrar valores al
estilo de Jesús de Nazaret, sobre todo en tiempos difíciles. Nos cuenta, poniéndose
un poco más serio, (aunque manteniendo la sonrisa) que la situación en la que
están ya no les permite ayudar con alimentos a las familias más necesitadas.
Desde la Delegación de Misiones y Obras Misionales
Pontificias, sabemos que todo esfuerzo es poco, por eso no dejamos de animaros
a formar parte de esta “fantástica movida” de solidaridad y Buena Nueva… porque
la “misión es tarea de todos”.
Javier Serna se dedica principalmente a la lectura
orante de la Biblia en una parroquia de 30.000 habitantes. Lo que está claro es
que no se puede dar lo que no se tiene, y no nos referimos a los alimentos (que
le vendrían muy bien) sino a Dios en nuestras vidas.
Nos despedimos con el compromiso de seguir en
comunión y atentos a “su misión”, que es la nuestra.
Gracias por la visita. Vuestro testimonio nos
alienta y nos hace estar atentos a lo esencial, que más importante que “hacer”
es “ser”, aunque una cosa lleve a la otra.